martes, 29 de mayo de 2007

Queridos Alumnos:


Y cuando digo alumnos, me refiero a TODOS... porque (cambiando las célebres y hermosas palabras de un luchador como Andrés Eloy Blanco) "cuando se tiene un alumno... se tienen todos los alumnos del mundo..."
Estoy muy orgullosa de ustedes... y cuando digo "muy" lo digo con lágrimas en los ojos... con el mismo sentimiento cuando se que Ustedes triunfan en su vida profesional...
Desde hace tiempo esperé el momento en el cual los alumnos, "mis chamos" como los llamo siempre, entendieran que son los protagonistas de este proceso... que la historia cuenta que son los estudiantes quienes han logrado mover el piso de cualquier gobierno... aunque éste no es cualquier gobierno... éste es una BASURA de gobierno...
Mis niños: quizás están pensando que es muy fácil sentarme aquí y escribir ésto, que la lucha está en la calle y quiero decirles que me muero por estar con Ustedes... me encantaría acompañarlos, aunque sea para pasarles el pañuelo con vinagre, pero tengo dos hijas que debo cuidar y, salvo las horas de trabajo, no tengo quien me las cuide... porque esta lucha tambien es por ellas, por su país, por su futuro... con mis palabras en clase les he dejado claro cuál es mi posición, mi pensamiento y mi sentir... y ellos están con Ustedes...
Hoy les digo: es el momento de luchar, de resistir, en paz, pero firmes...
Mis niños: Dios y La Virgencita los van a proteger... porque Ustedes tienen la verdad en sus manos... Adelante, Venezuela se los agredecerá eternamente...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con cada manifestación pacífica, con cada expresión de solidaridad con la justicia, con la libertad y con la verdad, con cada iniciativa de unidad, me siento más presa.

Más que la cobardía, me invade la impotencia: la impotencia de no poder salir y gritarle al mundo "ESTAMOS TODOS PRESOS... VIVA LA LIBERTAD". La impotencia por querer y no poder expresar mi luto desde que vi la pantalla en negro a las 12 de la noche y hasta que se me dé la gana.

Pero, en medio de tanta impotencia, un rayito de luz: valió la pena mi calambre y mi cacerola deformada. Valió la pena cada lágrima perdida en el viento esa noche fatídica en que nos impusieron el silencio televisivo pero no pudieron callar nuestro pesar. Valió la pena, porque nuestros estudiantes están dando la cara por todos los que no podemos. Valió la pena, porque por fin llegó el día de decir "LOS JÓVENES VENEZOLANOS ESTÁN CAMBIANDO LA HISTORIA".

A tus alumnos, nuestros futuros colegas: QUÉ ORGULLOSA ME HACEN SENTIR DE SER VENEZOLANA.

*Maru dijo...

Carlota, y hoy sigue la lucha. Y mañana seguirá. Y desde tu cátedra, desde tus letras, desde las mías, aquí seguiremos!

Un beso
ME